Dibujos por Maria Gonzalez Forero
De nuevo un año sin escribir en el blog. Pocas excusas. Llevamos cerca de 18 meses en Suiza, en un pueblo muy acogedor cerca del lago de Zúrich. Mis hijas hablan ahora alemán de forma fluida. La capacidad que tienen los niños para aprender no tiene límites. Con mi esposa progresamos poco a poco. Sin prisa, pero con perseverancia.
Reiniciar los viajes, después de dos años en el congelador, me ha permitido ver de nuevo a mi equipo de trabajo y también a los amigos de Pamplona. En septiembre estuve en un simposio de inmunoterapia en cáncer que organiza de forma periódica mi antiguo jefe, Ignacio Melero. Disfrute de su charla para conmemorar 25 años de investigación continua sobre CD137, una proteína de co-estimulación de linfocitos T. Los anticuerpos agonistas de CD137 son muy eficaces para eliminar tumores en animales, sin embargo, los resultados en pacientes no son los mejores. Durante la charla Nacho abordo nuevas estrategias para mejorar el balance riesgo beneficio de este tipo de anticuerpos en monoterapia y en combinación con otros tratamientos. El laboratorio de Nacho en Pamplona ha sido bastante productivo con trabajos pre-clínicos, de biomarcadores y con ensayos clínicos pioneros (inmunoterapia en carcinoma hepatocelular).
Recuerdo con cariño los años en el CIMA de la Universidad de Navarra; aprendí un montón de ciencia, en especial de inmunología de tumores y de cómo activar las células T para reconocer y eliminar células malignas. Cada miércoles teníamos un “Journal club” para revisar artículos pertinentes a nuestro campo de investigación. Alguno de los pre-doc o post-doc discutía los resultados de una publicación reciente. Los artículos eran evaluados al milímetro con especial énfasis en entender los métodos y la aplicación de las conclusiones.
En varias oportunidades, algunas de las técnicas empleadas eran nuevas y complejas lo cual requería leer el texto varias veces y buscar otras fuentes para entenderlas. Al empezar en el laboratorio de Nacho pocos estábamos acostumbrados a ese nivel de detalle al evaluar la literatura científica. Uno de aquellos miércoles, después de observar que casi ninguno comprendía el trabajo en cuestión y que tampoco habíamos preguntado cómo funcionaba el modelo experimental, nuestro querido jefe soltó una frase que más de diez años después recuerdo como si fuera ayer: “Es hora de desfibrilar el cerebro”.
Desfibrilar el cerebro significa:
- Tener mentalidad critica
- Entender en profundidad como se hacen las cosas
- Preguntar si hay dudas
- Buscar la excelencia
La lección fue fantástica y muy útil no solo para la vida en el laboratorio. Desde el próximo año el doctor Melero empieza una nueva posición en la Universidad de Oxford. Buen viento, buena mar y buena ciencia Nacho!